Romanos: 8:3
Pues lo que la ley no pudo hacer, ya que era débil por causa de la carne, Dios lo hizo: enviando a su propio Hijo en semejanza de carne de pecado y como ofrenda por el pecado, condenó al pecado en la carne
Cristo, quién no merecía ninguna cosa mala, recibió el castigo y la condenación; para que nosotros que no merecíamos ninguna cosa buena recibiéramos todas sus bendiciones, A eso se le llama Intercambio divino.
El pecado en la carne es la madre de todos los pecados, y ello ya fue condenado en el cuerpo de Cristo, ya fue eliminado por fe, pese a que en lo natural puede estar presente así sea que una persona se vuelva cristiana; mas ya fue juzgado y quitado por fe.
*ejemplo de pecado en la carne:
Digamos que estás en el balcón con tu bebé en brazo, a quién tu amas mucho, contemplando el panorama, y de repente se te cruza un pensamiento en la mente de querer arrojar a tu bebé y te quedas perturbado por el pensamiento que acabas de tener; pero no te preocupes, ese no eres tú, es el pecado en la carne que trae los peores pensamientos, pese a que estés lleno de amor; por eso Dios no quiere que te culpes ni te condenes, ni que te decepciones por eso y tampoco que pierdas tiempo contemplando eso.
¡Dios desea que andes en fe, dependiendo de la obra terminada de Cristo en la cruz!
¡Su gracia es más que suficiente!