lunes, 28 de diciembre de 2020

Gálatas 2:16 Traducción en lenguaje actual (TLA)

 Gálatas 2:16 Traducción en lenguaje actual (TLA)

Sin embargo, sabemos que una persona es declarada justa ante Dios por la fe en Jesucristo y no por la obediencia a la ley. Y nosotros hemos creído en Cristo Jesús para poder ser declarados justos ante Dios por causa de nuestra fe en Cristo y no porque hayamos obedecido la ley. Pues nadie jamás será declarado justo ante Dios mediante la obediencia a la ley».

domingo, 27 de diciembre de 2020

Habla en fe

Y como tenemos el mismo espíritu de fe, según lo que está escrito: “Creí y por eso hablé”, también creemos y por eso hablamos.

2 Corintios 4:13 (palabras resaltadas en negrita es énfasis mío)

Después de leer lo que he dicho acerca de declarar las promesas de protección de Dios sobre ti y tus seres queridos, es posible que te preguntes, pero Pastor Prince, ¿No es suficiente creer la Palabra de Dios en mi corazón? ¿Por qué también tengo que hablar el Salmo 91?

Permíteme mostrarte algunas escrituras a cerca de  la fe y el hablar o declarar, que te ayudarán. Romanos 10: 9 nos dice que “que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo” (palabras resaltadas en negrita es énfasis mío). Nuestro Señor Jesús también dijo: "Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho. " (Marcos 11:23, palabras resaltadas en negrita es énfasis mío).

Ahora, vuelva a leer lo que escribió el apóstol Pablo en el versículo de hoy. ¿Notas un patrón aquí? La fe implica creer en el corazón y hablar con la boca. Tú y yo, estamos hechos a imagen de Dios. Cuando Dios vio la oscuridad por primera vez, no dijo: "¡Uau!, está tan oscuro". ¿Qué hizo Dios? Llamó a existencia a la luz cuando habló. Dijo: “Hágase la luz” (Génesis 1: 3). En el Nuevo Testamento, nuestro Señor Jesús le habló a la tormenta y se calmó. Le habló a la higuera y se secó. Habló con los demonios y huyeron. Habló con los enfermos y fueron sanados. Habló con los muertos y vivieron.

De la misma manera, cuando nos enfrentamos a las tinieblas en cualquier área de nuestras vidas hoy o estamos atrapados en una tormenta de desafíos, no nos atasquemos al mirar los problemas y nos desesperemos. ¡También deberíamos invocar lo que queremos ver! Si nos encontramos atrapados en una situación peligrosa, debemos declarar: "El Señor es mi refugio y mi fortaleza". Si hay una enfermedad en nuestro cuerpo, podemos declarar (llamar a existencia, o manifestación) nuestra sanidad diciendo: "¡Gracias, Jesús, por tus llagas he sido sanado!" ¡Empieza a hablar de tu protección, salud y victoria!

Traducido de "Meditate Devotional" Joseph Prince

miércoles, 9 de diciembre de 2020

UNA FORMA DE ESCAPE

Preparas mesa delante de mí en presencia de mis adversarios. Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.

Salmo 23: 5 (Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

La mesa está puesta. El pan y el vino están ahí, y Jesús te dice: “Ven, hijo Mío, participa”. Pero tú le dices: "Señor, ¡Soy indigno!" Tienes temor de venir a la mesa del Señor, tal vez porque te han enseñado que si participas en tu estado "indigno", caerás bajo el juicio de fuego de Dios.

Amigo, Jesús te ha lavado, quedaste más blanco que la nieve y te ha calificado con Su propia sangre, ¡Así que eres tan digno como se puede ser! Lo más humilde que puedes hacer ahora es reconocer Su sacrificio perfecto y aceptar Su invitación con gozo y alegría.

En 1 Corintios 11, Pablo le explica a la iglesia cómo participar de la Cena del Señor para que no beban juicio para sí mismos. La palabra "juicio" en los versículos 29 y 34 es “krima” en el texto original griego. Se refiere a una sentencia divina. Y en el contexto de este pasaje, la sentencia divina se refiere a la enfermedad.

Pero, ¿cuándo se dictó esta sentencia divina de enfermedad? cuando Adán pecó (Génesis 3:19). Cuando pecó, la muerte entró en el mundo (Génesis 2:17), y el hombre envejecería y se debilitaría, enfermaría y moriría.

Entonces, no es que Dios esté dictando sentencias de enfermedad a las personas hoy en día. Cómo puede ser eso posible si Jesús dijo: “Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.” (Juan 3:17). Dios no está en el negocio de condenar sino de salvar. Y la palabra griega para “salvo”, “sozo”, también significa preservar, sanar y dar plenitud.

Dios no desea que sufras la divina sentencia de enfermedad que ya está en el mundo, por eso te ha dado una vía de escape, pagada con la sangre de Su Hijo. Él desea que estés sano y pleno, sin las enfermedades del mundo, y lo ha hecho posible a través de la Santa Cena.

Por lo tanto que no te roben esta tremenda bendición debido a las enseñanzas erróneas que han puesto temor en tu corazón. ¡Ven con osadía a la mesa del Señor hoy y recibe de nuevo Su salud, Su fortaleza, Su plenitud y Su vida!

Traducido de “Daily Grace inspiratión” del Pr Joseph Prince

Crucifixión de nuestro Señor Jesús

La crucifixión de nuestro Señor Jesucristo.