Proverbios 18:21
La muerte y la vida están en poder de la lengua,
Muchas cosas pueden atemorizarnos en la vida – El temor a
perder nuestros empleos, a contraer enfermedades mortales, a sufrir ataques
terroristas, y la lista continúa. Cuando estas cosas se manifiestan, tendemos a
preocuparnos, nos atemorizamos y comenzamos a hablar de nuestros temores.
Job no fue la excepción. Él constantemente temía que el
castigo de Dios pudiera caer sobre él y su familia pues no dejaba de pensar en la posibilidad
de que sus hijos podrían haber pecado contra Dios. Se levantaba temprano en la
mañana para ofrecer sacrificios, diciendo: " Quizá habrán pecado mis
hijos, y habrán blasfemado contra Dios en sus corazones. Y la Biblia nos dice que
él hacía esto "continuamente". (Job 1: 5)
Por lo tanto Job continuó confesando los pecados de sus hijos,
y temiendo que algo terrible le iba a acontecer a él y a su familia. De hecho, su
conciencia de pecado no sólo le produjo temor, la Biblia nos dice que él estaba
"espantado, aterrorizado". (Job 3:25).
Es importante que comprendas que la conciencia de pecado de
Job le abrió las puertas a Satanás. La preocupación que tenía por los pecados que sus
familiares pudieron haber cometido le dio la oportunidad a Satanás de llevar
muerte y destrucción a su vida. Dios tenía un cerco de protección alrededor de
Job; pero, cuando comenzó a tener conciencia de pecado y una horrenda expectativa
de juicio, la cobertura fue removida y Satanás pudo atacarlo (Job 1: 9-12).
Amigo, si has cometido algún pecado, no digas: "He fallado nuevamente,
merezco ser castigado por Dios”. "¡Se consiente del perdón de tus pecados;
porque Jesús fue castigado y condenado en tu lugar!” (Efesios 1: 7) Por lo
tanto di: "Soy la justicia de Dios en Cristo”, “Jesús, Tú eres mi santidad
y mi perfección "(1 Corintios 1:30; 2 Corintios 5:21).
Deberíamos ser conscientes de lo que creemos y hablamos
regularmente; porque "la muerte y la vida están en poder de la
lengua". Así que cuando oigas hablar de algún virus mortal que está cobrando
numerosas vidas, no digas: "¡Seré el próximo; porque no he sido un buen
cristiano!" En lugar de ello, di, "Jesús, Tú eres mi justicia y mi protección.
¡Ciertamente me librarás del lazo del cazador, de la peste destructora "!
(Salmo 91: 3).
¡Amado, al creer y confesar de esta manera no sólo agradeces a Dios; sino
que también le cierras las puertas a Satanás para que no pueda incursionar en tu vida!
Tomado de: ”Daily Grace Inspirations From Joseph Prince Ministries”
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