Medita
Y sus discípulos le preguntaron: Rabí, para que este hombre
haya nacido ciego, ¿quién pecó, él o sus padres? Ni él pecó, ni sus padres
—respondió Jesús—, sino que esto sucedió para que la obra de Dios se hiciera
evidente en su vida.
Juan 9:2-3 Nueva Versión Internacional (NVI)
Me encanta la manera de ser tan amorosa y práctica de nuestro
Dios y Señor Jesús. ¡Cuando hay un problema, Él va directo a la solución!
Antes de que Jesús interviniese en la sanidad del ciego de
nacimiento, Sus discípulos estaban cautivados tratando de descubrir quiénes habían
pecado o qué pecados había cometido él para que estuviese en esa condición; por
el contrario, ¡Jesús sólo estaba interesado en usar Su poder para darle vista a
este pobre hombre!
De la misma manera que Jesús no se dejó embaucar por el
"juego de la condenación"; Él tampoco desea que tú lo hagas. Por lo
tanto no te preguntes quienes pecaron o qué pecado cometiste para que tuvieses
esa enfermedad. Olvídate de lo que pudiste o no haber hecho; o porqué te
sucedió eso. ¡En lugar de ello preocúpate de tu solución, Jesucristo, quién a
través de la cruz llevó todos tus pecados y desea hacer un milagro en tu
cuerpo!