miércoles, 14 de septiembre de 2016

Da a Jesús algo que Él pueda multiplicar

Medita

Y llegando el que había recibido los cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: “Señor, me entregaste cinco talentos; mira, he ganado otros cinco talentos.” Su señor le dijo: “Bien, siervo bueno y fiel; en lo poco fuiste fiel…
Mateo 25:20-21

En la parábola de los talentos, el señor elogió a los dos primeros siervos porque multiplicaron el dinero que les había sido confiado. No se la pasaron holgazaneando ni quejándose de lo difícil que era conseguir empleo debido a la situación económica; por el contrario, fueron diligentes, sabios y prudentes, y encontraron la manera de duplicar el dinero que les había sido confiado. Entonces, el Señor les felicitó y les llamó siervos buenos y fieles.

Amigo, quiero animarte a ser un administrador diligente, sabio, bueno y fiel del dinero que el señor ha puesto en tus manos. Mientras confías en el Señor por Su provisión, invierte dinero enviando hojas de vida (currículums), yendo a entrevistas o incluso capacitándote para un mejor empleo. No entierres tu dinero en el suelo al quedarte sentado en casa viendo televisión. ¡Da a Jesús algo que Él pueda multiplicar y verás que Él pone Su favor en ese asunto!

Tomado de Joseph Prince:”Meditate&BILIEVE RIGTH”

domingo, 11 de septiembre de 2016

Nunca más te escondas de la Presencia de Dios

Medita

Y el Señor Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás?
Génesis 3: 9

Después que Adán y Eva cayeron en pecado, oyeron al Señor que caminaba por el jardín. ¿Que hicieron? se escondieron de Su presencia.

Hay algo que Dios desea que aprendamos aquí a cerca de la conciencia de pecado; pues, la conciencia de pecado hace que nos escondamos de Él, cuando en realidad Él desea pasar tiempo con nosotros; la conciencia de pecado nos hace sentir muy distantes de Él; nos hace sentir miedo hacia Él, cuando el lugar más seguro y reconfortante en el mundo se encuentra en Su presencia.

Adán tomó conciencia de pecado. Él dijo a Dios: "Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí "(Génesis 3:10). Ahora, esto no sólo era desnudez física. Adán se vio indigno delante de Dios. Él estaba consciente de su pecado. Nunca tuvo esta conciencia antes. Antes de su acto de desobediencia, cuando Dios entraba al jardín, él pasaba tiempo con Dios sin tener ningún sentido de impureza; pero después de este acontecimiento, tomó conciencia de su pecado y huyó de la presencia de Dios.

Amado, Dios desea pasar tiempo contigo. Pero no puedes tener una relación íntima con Él cuando tienes conciencia de pecado y te sientes indigno delante de Su presencia. La buena noticia es que la sangre de Jesús ha quitado todos tus pecados y te hizo justo. Y Dios está tan satisfecho con el sacrificio de Su hijo que de ninguna manera recuerda tus pecados (Hebreos 10:17). Así que sal de tu escondite, sé audaz cuando pases tiempo con Dios. Es en Su presencia que eres equipado, renovado y recargado. ¡Es en Su presencia que recibes de Él!

Tomado de Joseph Prince:”Meditate&BILIEVE RIGTH”


Crucifixión de nuestro Señor Jesús

La crucifixión de nuestro Señor Jesucristo.