Porque has puesto a Jehová, que es mi refugio, al Altísimo
por tu habitación, no te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu
morada.
Salmo 91: 9-10, Reina Valera Gómez
¿No es hermoso el versículo anterior? Puedes hacer del Señor
tu habitación. 1 Juan 4:16 dice: "Dios es amor; y el que permanece en
amor, permanece en Dios, y Dios en él". Cuanto más permanezcas en Su amor,
más Dios mismo se convertirá en tu morada. No te sobrevendrá el mal y ninguna
plaga se acercará a tu morada. Y a medida que lo conviertas en tu morada, Él
protege tu morada. ¡Ni una plaga se acercará a tu hogar! En otro salmo, está
escrito, " Dios es nuestro refugio y fortaleza, nuestro pronto auxilio en
las tribulaciones" (Sal. 46: 1) Biblia de las américas. Cuando
hacemos del Señor nuestra ciudad de refugio y permitimos que nos ponga sobre Sus
hombros, se convierte en nuestro"pronto auxilio", incluso si nos
encontramos con problemas.
Iris de Australia experimentó la protección de Dios para sí
misma cuando un ciclón golpeó el área en la que vivía. Lea su testimonio aquí:
Un ciclón pequeño golpeó nuestra calle y los alrededores
recientemente. Mientras me acurrucaba en el pasillo con mi esposo y nuestro
gato, dije: "¡Gracias, Jesús, porque eres la calma en la tormenta!"
Cuando el viento paró, salimos y vimos muchos árboles caídos
en el camino. Los árboles en nuestra calle eran enormes y tan altos como
treinta metros. Como resultado, muchos autos fueron aplastados por los árboles
y algunas casas también sufrieron daños. El auto de trabajo de mi esposo sufrió
daños leves, pero nuestro auto familiar quedó ileso. ¡Y alabado sea el Señor,
nadie resultó herido!
Mientras los árboles dañados eran cortados al otro lado de
la carretera, me di cuenta de algo. ¡El camino del viento había atravesado
algunas propiedades a través del camino y cuando se acercó a nuestra casa, se
detuvo por completo! No se nos acercó y nuestra casa no sufrió daños.
Todos en nuestra calle estaban tan sorprendidos de que el
gran árbol en nuestro patio trasero no hubiera sido tocado y que no tuviéramos
que hacer nuestra propia limpieza. ¡Alabado sea el Señor! ¡Él es la calma, la
paz y la protección que necesito!
¡Wow, alabado sea el Señor! Me encanta este testimonio:
cuando el Señor mismo es tu refugio y tu protección, ¡incluso los ciclones
tienen que detenerse cuando se acercan a ti!
Traducido del devocional “Meditate devotional”del Pt
Joseph Prince