Y como tenemos el mismo espíritu de fe, según lo que está escrito: “Creí y por eso hablé”, también creemos y por eso hablamos.
2 Corintios 4:13 (palabras
resaltadas en negrita es énfasis mío)
Después de leer lo que he dicho acerca de declarar las
promesas de protección de Dios sobre ti y tus seres queridos, es posible que te
preguntes, pero Pastor Prince, ¿No es suficiente creer la Palabra de Dios en mi
corazón? ¿Por qué también tengo que hablar el Salmo 91?
Permíteme mostrarte algunas escrituras a cerca de la fe y el hablar o declarar, que te ayudarán.
Romanos 10: 9 nos dice que “que si confesares
con tu boca que Jesús es el Señor, y
creyeres en tu corazón que Dios le
levantó de los muertos, serás salvo” (palabras
resaltadas en negrita es énfasis mío). Nuestro Señor Jesús también dijo:
"Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su
corazón, sino creyere que será hecho
lo que dice, lo que diga le será hecho. " (Marcos
11:23, palabras resaltadas en negrita es énfasis
mío).
Ahora, vuelva a leer lo que escribió el apóstol Pablo en el
versículo de hoy. ¿Notas un patrón aquí? La fe implica creer en el corazón y
hablar con la boca. Tú y yo, estamos hechos a imagen de Dios. Cuando Dios vio
la oscuridad por primera vez, no dijo: "¡Uau!, está tan oscuro". ¿Qué
hizo Dios? Llamó a existencia a la luz cuando habló. Dijo: “Hágase la luz”
(Génesis 1: 3). En el Nuevo Testamento, nuestro Señor Jesús le habló a la
tormenta y se calmó. Le habló a la higuera y se secó. Habló con los demonios y
huyeron. Habló con los enfermos y fueron sanados. Habló con los muertos y
vivieron.
De la misma manera, cuando nos enfrentamos a las tinieblas en
cualquier área de nuestras vidas hoy o estamos atrapados en una tormenta de
desafíos, no nos atasquemos al mirar los problemas y nos desesperemos. ¡También
deberíamos invocar lo que queremos ver! Si nos encontramos atrapados en una
situación peligrosa, debemos declarar: "El Señor es mi refugio y mi
fortaleza". Si hay una enfermedad en nuestro cuerpo, podemos declarar
(llamar a existencia, o manifestación) nuestra sanidad diciendo:
"¡Gracias, Jesús, por tus llagas he sido sanado!" ¡Empieza a hablar de
tu protección, salud y victoria!
Traducido de "Meditate Devotional" Joseph Prince
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