Entonces Josué habló a Jehová el día en que Jehová entregó al amorreo delante de los hijos de Israel, y dijo en presencia de los israelitas: Sol, detente en Gabaón; Y tú, luna, en el valle de Ajalón. Y el sol se detuvo y la luna se paró, hasta que la gente se hubo vengado de sus enemigos...porque Jehová peleaba por Israel.
Josué 10: 12–14
Josué, el sucesor de Moisés que condujo a los hijos de Israel a la tierra prometida, fue alguien que se atrevió a pedir en grande. Cuando Josué estaba en medio del fragor de la batalla con sus enemigos y el sol estaba a punto de ponerse, mandó que el sol y la luna se detuvieran, y la Biblia continúa registrando que Dios respondió a su oración.
Me encanta esta historia, cuando mis líderes y yo estábamos en las llanuras donde tuvo lugar esta batalla, pudimos ver el sol sobre Gabaón por un lado y la luna sobre el Valle de Ajalón por el otro lado. Tanto el sol como la luna se podían ver al mismo tiempo desde ese lugar. De pie allí, podía imaginar a Josué en medio de la batalla, alzando la voz y señalando al sol de un lado para quedarse quieto y luego voltear hacia la luna para emitir el mismo mandato. Josué le estaba pidiendo a Dios por más luz del día porque el impulso de la batalla era a su favor. Quería derrotar por completo a sus enemigos y no darles tiempo para reagruparse.
Cuando piensas en lo que Josué preguntó, ¡fue una oración audaz e inexacta! Si estuviste atento durante tus clases de ciencias en la escuela, ¡sabes que la tierra orbita alrededor del sol, no el sol alrededor de la tierra! Entonces, técnicamente, cuando Josué pidió que el sol y la luna se detuvieran, Dios hizo que la tierra se detuviera en su lugar. La petición de Josué era científicamente inexacta, sin embargo, ¡Dios honró la fe osada de Josué! Entendió que lo que Josué necesitaba era más luz del día, y lo hizo posible.
¿No es alentador saber que Dios no corrigió a Josué dándole lecciones sobre cómo funciona realmente el sistema solar que Él mismo creo? Me aliento en gran manera saber que aun cuando nuestras confesiones de fe no siempre sean perfectas, Dios aún honra nuestra esperanza y fe en Él. Le encanta cuando le pedimos por cosas grandes. Amado, puedes pedir, sabiendo que la batalla realmente le pertenece al Señor, y que Él peleará por ti de la misma manera que peleó por Israel porque eres Su hijo por pacto.
Traducido del devocional “Meditate devotional”del Pt Joseph Prince
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