… Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.
Juan 8:11
He recibido tantos testimonios de personas que han sido
liberadas de hábitos destructivos. Estas son personas sinceras y valiosas que
deseaban experimentar avances pero no sabían cómo hacerlo. Sin embargo, una vez
que aprendieron acerca de la justicia que proviene de Cristo sin las obras de
la ley, comenzaron a confesar que aún eran la justicia de Dios cada vez que se
sentían tentados. Y poco a poco, ¡Cuanto más comenzaorn a creer que eran justos
en Cristo, y cuanto más se negaban a aceptar la condenación por sus errores
pasados y por su tentación presente, más se liberaban de las mismas
adicciones que los ataban!
Un hermano de los Estados Unidos, que ha estado escuchando
mis mensajes durante algún tiempo, me escribió para compartir que había sido
adicto a la pornografía y había vivido un estilo de vida de inmoralidad sexual
desde que tenía 14 años. Aunque había aceptado a Jesús cuando tenía 18 años,
continuaba luchando con este aspecto de su vida. Esto es lo que escribió:
Como
resultado de algunas malas influencias y algunas de mis malas decisiones, me volví
adicto a la pornografía y comencé a llevar una vida sexualmente inmoral a la
edad de 14 años. Fui salvo a los 18 años, pero aún luchaba con esos tipos de
pensamientos y algunos viejos y malos hábitos. Intenté de todo para liberarme
de la inmoralidad y los pensamientos lujuriosos.
Luego,
escuché el mensaje del pastor Prince titulado, "A los que creen que Dios les ama les pasan cosas buenas".
Lo escuché una y otra vez, y por primera vez, el amor de Dios se volvió consecuentemente
real para mí. Pude recibir el amor incondicional de Dios una y otra vez, y sanó
mi corazón.
¡El
amor de Dios me ha hecho libre! Muchas gracias por el mensaje que su iglesia
envía al mundo. ¡Realmente está cambiando vidas!
La revelación de que
Dios nos ama incondicionalmente a pesar de nuestras fallas e imperfecciones (el perfecto amor echa fuera temor)
fue lo que ayudó a este hermano a ser libre de los hábitos que lo habían
dominado durante muchos años. Amado, Dios no desea que peques porque el pecado
te destruirá. Pero incluso si has fallado, debes saber esto: ¡No hay condenación porque estás EN CRISTO
JESÚS (somos uno con Él) y tus pecados
son lavados por Su sangre! Cuando Dios te mira, no te mira en tus fracasos.
Desde el momento en que aceptaste a Jesús como tu Señor y Salvador personal,
¡Dios te mira en Cristo resucitado, sentado a Su diestra! Así como es Jesús sin
mancha y sin culpa, ¡Así también eres tú! Dios envió a Su Hijo a morir en la
cruz por ti cuando aún eras pecador. Obviamente, Él no te ama solo cuando eres perfecto
en tu comportamiento y en tus pensamientos. Su amor por ti es incondicional. Recíbelo hoy de nuevo y se libre
de todo pecado y adicción en tu vida.
Traducido de “Meditate Devotional” del Pr Joseph Prince
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