1 Tesalonicenses 5:9
9 Porque Dios no nos ha puesto para
ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor
Jesucristo,
Cuando usted piensa en Sodoma y Gomorra, ¿qué viene a tu mente? ¿La ira de Dios y el juicio de fuego? La verdad es que Dios hizo todo lo posible para no juzgar a la gente de Sodoma y Gomorra. No estaba en una cacería de pecados, al contrario, estaba en una cacería de Justicia.
Cuando usted piensa en Sodoma y Gomorra, ¿qué viene a tu mente? ¿La ira de Dios y el juicio de fuego? La verdad es que Dios hizo todo lo posible para no juzgar a la gente de Sodoma y Gomorra. No estaba en una cacería de pecados, al contrario, estaba en una cacería de Justicia.
Esto es evidente porque si Dios estaba en
una cacería de pecado, no habría permitido que nadie lo detenga. Pero
sabemos que reveló a Abraham lo
que Él iba a hacer, incluso permitió que Abraham le suplique.
Abraham preguntó a Dios si Él destruiría Sodoma en el caso de encontrar cincuenta justos allí. La respuesta de Dios fue: "Si encuentro en Sodoma cincuenta justos dentro de la ciudad, perdonaré a todo este lugar por amor a ellos." (Génesis 18:26) Abraham preguntó a Dios si Él destruiría la ciudad si sólo hubiesen: 45... 40... 30... o 10 justos. Y cada vez, la respuesta de Dios fue que Él perdonaría el lugar por el bien de los justos.
Abraham se detuvo en 10. Si su petición hubiera bajado hasta llegar a un solo hombre justo, creo que la respuesta de Dios habría sido el mismo porque estaba en una cacería de justicia.
Ahora bien, si Dios no hizo todo lo posible para destruirlos, ¿cuánto más hoy en día, cuando Dios ya ha juzgado nuestros pecados en el cuerpo de su Hijo? En la cruz, Jesús ha agotado todos los juicios de fuego de Dios hasta que no quede más fuego de la ira de Dios para nosotros.
Abraham preguntó a Dios si Él destruiría Sodoma en el caso de encontrar cincuenta justos allí. La respuesta de Dios fue: "Si encuentro en Sodoma cincuenta justos dentro de la ciudad, perdonaré a todo este lugar por amor a ellos." (Génesis 18:26) Abraham preguntó a Dios si Él destruiría la ciudad si sólo hubiesen: 45... 40... 30... o 10 justos. Y cada vez, la respuesta de Dios fue que Él perdonaría el lugar por el bien de los justos.
Abraham se detuvo en 10. Si su petición hubiera bajado hasta llegar a un solo hombre justo, creo que la respuesta de Dios habría sido el mismo porque estaba en una cacería de justicia.
Ahora bien, si Dios no hizo todo lo posible para destruirlos, ¿cuánto más hoy en día, cuando Dios ya ha juzgado nuestros pecados en el cuerpo de su Hijo? En la cruz, Jesús ha agotado todos los juicios de fuego de Dios hasta que no quede más fuego de la ira de Dios para nosotros.
Hoy en día, Dios no nos juzga por nuestros pecados, porque ha encontrado la justicia en un hombre, Jesucristo. Así que no dejes que nadie te diga que Dios te juzga por tus pecados y te castiga con cáncer, accidentes automovilísticos, quiebra de empresas o con quebrantamiento. Dios sería injusto si castiga los mismos pecados dos veces, en el cuerpo de Jesús y luego en el suyo.
Amado, Dios no está para juzgarte, sino para bendecirte hoy, no porque te lo mereces, sino porque ¡Jesús fue juzgado y castigado en tu lugar!
Joseph Prince “Daily
Grace Inspirations”
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