martes, 19 de febrero de 2013

El amor de Dios demostrado

Romanos 8:32
32 El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?

Cuando estamos atravesando una prueba, tendemos a preguntarnos: "¿Dios realmente me ama? ¿Cómo es que me parece no verlo? "Cuando eso sucede, es hora de exponer a la cruz, porque el amor de Dios por ti se demuestra siempre en la cruz.

Dios renunció a Su Hijo para qué sufriera y muriera por ti en la cruz. Jesús fue traspasado en siete lugares por ti - en Su cabeza por la corona de espinas, en Sus manos y en Sus pies por los clavos, y en Su costado y en Su corazón por la lanza de un soldado romano.

Jesús llevó la corona de espinas en Su cabeza para que puedas tener una mente sana libre de temores, culpa, depresión, ansiedad y estrés.

Cuando Jesús mostró Sus manos traspasadas por los clavos a sus discípulos, Él les había dicho: "Paz a vosotros." (Juan 20:19-20) Él quería que ellos supieran que la paz se encuentra en Su obra terminada, tipificada por Sus manos traspasadas. Cuanto más miras Su obra terminada que ha comprado el perdón completo de todos tus pecados, más estará en paz y en reposo tu conciencia.

Los pies de Jesús lo llevaron a lugares donde había falta, enfermedades, rechazo, condenación y muerte. Y aquellos pies fueron clavados de modo que no es necesario que estés en esos lugares por ti mismo. Él te ha rescatado de tener que aceptar y sufrir estas cosas en la vida.

Sangre y agua brotó del costado de Jesús cuando fue traspasado. (Juan 19:34) La ciencia médica te dirá que eso significa que Su corazón se había roto. Jesús murió literalmente de un corazón roto para que tu corazón esté llenó de alegría.

Y al igual que Eva salió del costado de Adán mientras dormía, la novia de Cristo, la iglesia, salió del costado traspasado e inerte de Jesús. Si Él murió para que te tenga como Su esposa sin mancha, Él vive hoy para cuidar de ti.

Amado, la única cosa hecha por el hombre que permanece en el cielo hoy son esas cicatrices en Su cuerpo. Aquellas permanecerán para siempre como símbolos de Su amor y pasión eterna por ti. Así que si Dios no escatimó a Su Hijo, sino que lo entregó por ti, ¿cómo no te dará también con Él todas las cosas gratuitamente?

Joseph Prince “Daily Grace Inspirations”

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