Sus fieles promesas son tu armadura y tu protección.
Salmo 91:4, NTV
No esperes a que ocurra una crisis para empezar a meditar en la Palabra de Dios. Cuando las cosas van bien contigo, empieza a atesorar las promesas del Señor en tu corazón. Comienza a fortificarte a ti mismo con la inconmovible Palabra de Dios.
Amigo mío, sé sabio como José, que almacenó el grano durante los años de abundancia y paz, para que la gente estuviera siempre bien provista para cuando el hambre golpeara. Sé sabio como el rey Salomón, que fortificó las principales ciudades y construyó centros de abastecimientos cuando la tierra estaba en reposo, y trajo paz y prosperidad a su pueblo (1 Reyes 9:15-19). Estas son figuras de meditación y fortificación de ti mismo con las promesas de Dios, que es tu alimento, tu armadura y tu protección.
Amado, Dios quiere que llenes tu corazón con el buen tesoro de Su Palabra que traerá cosas buenas, incluso cuando los tiempos son malos. ¡Su Palabra en tu corazón te protegerá y te sostendrá, iluminará tu camino y te librará con toda seguridad en cada tormenta!
Extraído de Joseph Prince:”Meditate for success”
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