jueves, 7 de febrero de 2013

¡El cielo oye, y el infierno obedece!


Salmos 119:15
Versión: La Palabra (España)
Meditaré tus preceptos y contemplaré tus sendas.

La Biblia registra que Josué ante los ojos de los hijos de Israel, dijo: "Sol, detente en Gabaón; Y Luna, en el valle de Ajalón" Y milagrosamente, " el sol se detuvo, y la luna se paró, hasta que la gente se hubo vengado de sus enemigos "(Josué 10:12-13).

¡Qué autoridad y poder impresionantes en la boca de un hombre! La Biblia añade que "no hubo día como aquel, ni antes ni después de él, cuando el Señor atendió la voz de un hombre, porque el Señor peleaba por Israel" (Josué 10:14).

Ahora, ¿por qué las palabras de Josué llevaron tanta autoridad y por qué el Señor atendió a su voz? Creo que tenía algo que ver con el hecho de que Josué meditaba en las Escrituras de día y de noche según las instrucciones del Señor justo al comienzo de su liderazgo (Josué 1:8).

Mi amigo, el poder en tu boca o en tus palabras no vienen por alzar tu puño o por levantar la voz, sino por meditar regularmente en la Palabra de Dios. Por ejemplo, cuando meditas a menudo en las promesas de Dios respecto a la sanidad, la fe se aviva en tu corazón, y aquella enfermedad o afección tendrá que salir cuando digas: "¡Fuera!"

Mientras más meditas en la gracia del Señor y en Sus promesas, más se harán reales para ti hasta que la fe fluya sin ningún esfuerzo. Entonces, como Josué, cuando usted habla, ¡el cielo oye y el infierno obedece!

Extraído de Joseph Prince:”Meditate for success”

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