jueves, 25 de abril de 2013

La buena vida sin sudor


Mateo 6:26
Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros, y sin embargo, vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No sois vosotros de mucho más valor que ellas?

La mayoría de las personas son de La opinión que la buena vida no ocurre sin un arduo trabajo y sin cubos (baldes) de sudor. Ellos creen que para lograr el éxito, primero tienen que tener este certificado de Educación, aquella calificación profesional, Aquel empleo en particular, Y muchos años de duro Trabajo. Tengo buenas noticias para ti: Dios tiene una mejor manera.

Todos debemos trabajar, pero el mundo quiere hacerte creer que hay un proceso natural de siembra, siega y recolección, acompañado de espera, trabajo duro y estrés, antes de que la buena vida realmente venga. Pero Dios dice: "Mi pueblo no tiene que pasar por este proceso natural, para disfrutar de la buena vida, porque ellos no pertenecen al sistema de este mundo. Ellos pueden operar de acuerdo a Mi economía y Yo puedo darles la buena vida inmediatamente."

De la misma manera que Dios alimenta a las aves que no pasan por el sistema del mundo de sembrar luego segar, y segar luego juntar, Él quiere y hará mucho más por ti.

Tu Padre celestial quiere que conozcas la generosidad de Su corazón hacia ti y cuánto Él desea que tengas éxito. Un ejemplo de ello es lo que le ocurrió a un miembro de la iglesia que creyó esta verdad. Después de dejar su trabajo, confió en Dios para que le provea uno mejor. En sólo cuatro meses, se encontró dirigiendo dos empresas.

Su empresa de distribución recién formada no sólo logró un importante proyecto en Singapur, sino que también se convirtió en el principal distribuidor en el sudeste de Asia por una popular línea de productos de los Estados Unidos. Su segunda empresa, que prestaba servicios de consultoría, tomó  dos proyectos, de una empresa coreana y de una empresa de Hong Kong, por un precio de consultoría de seis cifras en dólares estadounidenses.

Hoy, Dios quiere que sepas que no perteneces al sistema del mundo. Tú perteneces al reino de Dios - el mismo reino que alimenta a las aves que no siegan - sino que confían en su Creador por sus provisiones de la vida. Convéncete que para tu Padre celestial, Eres mucho más valioso que las aves, y permita que Él te provea una buena vida sin trabajar ni laborar de acuerdo al mundo.

Extraído de Joseph Prince: “Daily Grace Inspirations”

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