martes, 16 de abril de 2013

Recibe la Palabra que Dios ha enviado para sanarte


Salmo 107:20
20 Envió Su palabra, y los sanó, y los libró de su ruina.

Tu Biblia no te hará ningún bien si lo dejas en tu mesita de noche, empolvándose. No te hará ningún bien si lo mantienes como si fuera un osito de peluche mientras te enfrentas a tus "gigantes". ¡Sino que la Palabra de Dios te hará mucho bien cuando lo recibes como verdad y lo hablas como verdad! ¡Entonces, verás tu sanidad y tu liberación de toda mala condición que ha sido enviada para destruirte!

La Biblia dice que "Él Envió Su palabra y los sanó, y los libró de su ruina". Ahora, cuando Dios quiere sanarte, ¿qué hace? Él envía Su Palabra. Antes que Dios te libre de tu destrucción, Él envía Su Palabra.

¿Aún estás esperando experimentar la bendición de la sanidad por la cual Jesús murió en la cruz, para dártelo? No te sientas condenado. Tu Padre que está en los cielos te ama y quiere lo mejor para ti. Pero, ¿cómo vendrá tu sanidad? Por recibir Su Palabra a cerca de la sanidad que Él ya te ha enviado. Sus promesas de sanidad están todas ahí en tu Biblia. Pero, ¿los has recibido?

Durante uno de nuestros servicios de la iglesia, una señora sacó su teléfono celular y comenzó a enviar mensajes de texto de todas las escrituras y casi todos los puntos clave que yo estaba predicando ese día a su amiga que estaba en casa muriendo de cáncer. Le estaba diciendo a la congregación que sigan confesando las escrituras de sanidad sobre su cuerpo, no importa cuán mal estuvieran sus condiciones. Les señalé a Isaías 53:5, que dice: "Por sus llagas fuimos nosotros curados." ¡La señora se emocionó tanto que le dijo a su amiga que lo siga creyendo y confesando todos los días!

Su amiga, al leer los mensajes de texto, simplemente recibió la Palabra de Dios y lo confesó por  fe. Esa misma semana, cuando ella volvió al médico, ¡Él médico no pudo encontrar un solo rastro de cáncer en su cuerpo!

Nunca subestimes el poder de la Palabra de Dios. La amiga de la señora fue sanada porque ella recibió la Palabra de Dios por fe. Ella leyó gustosamente los mensajes que su amiga le había enviado, se sintió alentada por la Palabra, lo confesó y recibió su milagro. ¡Dios envió Su Palabra y la sanó, y la salvó de su ruina!

Extraído de Joseph Prince: "Daily Grace Inspirations"

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