Tome la Palabra de Dios para ello

Mateo 4:4

4... Él [Jesús] respondió y dijo: "Escrito está: 'El hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.'"

Cuando el diablo tentó a Jesús, Jesús dirigió la Palabra de Dios sobre él, diciendo: "Escrito está... Escrito está... Escrito está..." (Mateo 4:4, 7, 10)

Asimismo, si el diablo te recuerda el dolor en tu cuerpo, diga lo que la Palabra de Dios dice: "Escrito está: ¡Por sus llagas he sido sanado!" (Isaías 53:5, 1 Pedro 2:24) Y dile a papá Dios, "Cuento con tu palabra para ello y estoy de pie en Tu Palabra. No estoy tratando de ser sanado. Mi sanidad ya ha ocurrido. No me importa lo que diga este cuerpo. ¡Tiene que alinearse con Tu palabra, porque por las llagas de Jesús he sido sanado! "

Y si el diablo te dice: "Mira el saldo escaso en tu cuenta bancaria. ¿Cómo vas a pagar tus cuentas? "Simplemente diga:" Yo no estoy tratando de ser rico. Ya soy rico y cuento con la Palabra de Dios para ello. Está escrito: "Mi Dios suplirá todas mis necesidades conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús." (Filipenses 4:19) No importa lo mucho que tienes en el banco. ¡La Palabra de Dios me dice que cuando surja la necesidad, la provisión estará allí! "

Cuando el  temor se apodera de ti, no te digas ti mismo, "Este temor es estúpido. Vamos, ¿qué posibilidades hay de que esto me ocurra a mí? "No trates de racionalizar o razonar tu temor para alejarlo. En su lugar, hable la Palabra de Dios dentro de aquella situación. Diga: "Escrito está:" Porque Dios no me ha dado espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. "(2 Timoteo 1:7) ¿Qué si el miedo vuelve? Habla la Palabra de Dios otra vez. Diga: "Escrito está:" Porque Dios no me ha dado un espíritu de temor... "

Cuando el diablo trata de engañarte, dale la Palabra de Dios. Hay algo de la Palabra de Dios que le hace no querer merodear alrededor de aquellos  que la utilizan. Eso le recuerda a Jesús, La Palabra (el verbo en otras traducciones) hecho carne (Juan 1:14),  quien le dejó impotente y sin efecto cuando dijo: "Escrito está...”

Extraído de Joseph Prince: "Daily Grace Inspirations"