viernes, 21 de diciembre de 2012

Ignore los vientos y las olas


Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame!
Mateo 14:30

Pedro bajó de la barca y caminó sobre el agua al mandato del Señor. Pero al sentir el fuerte viento, tuvo pánico, empezó a hundirse y gritó: "¡Señor, sálvame!" Inmediatamente, el Señor extendió la mano y lo salvó.

Déjame preguntarte esto: si los vientos no hubieran sido bulliciosos esa noche, ¿Pedro habría sido capaz de caminar sobre el agua? ¡Por supuesto que no! La hazaña de Pedro no tenía nada que ver con la intensidad de los vientos o de las olas. Todo tenía que ver con Jesús. Mientras él fijó sus ojos en Jesús, Pedro fue capaz de hacer lo que él vio al Señor hacer.

De la misma manera, mi amigo, cuando los vientos turbulentos de los síntomas dolorosos o los informes médicos negativos (o malos) claman por tu atención, recuerda que el recibir tu sanidad no tiene nada que ver con lo malos que son. Tiene todo que ver con lo que Cristo ya ha pagado el precio por tu sanidad y salud. Tiene todo que ver con cómo Él está ahora, por encima de todas las enfermedades que puedan afectar tu cuerpo. ¡Así que mantén tus ojos en Jesús y camine en Su fuerza, sanidad  y vida!

Lo mismo puede decirse acerca de recibir provisión del Señor. ¿Depender, en realidad, de lo bien que está la economía? ¿Por qué prestar atención a los informes negativos y estar preocupado? ¡Mantén tus ojos en Jesús y camine en Su abundante provisión!

Amigo mío, no dejes que los tempestuosos vientos y las olas de tus desafíos te distraigan. No tienen nada que ver con que si usted camina victorioso sobre sus circunstancias o no. ¡Sólo mantén tus ojos en Jesús y reciba su milagro!

Extraído de Joseph Prince:”Meditate for success”

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